Ventajas del gas natural

Aunque es el objetivo, aún no hemos alcanzado el 100% de energía limpia. Por eso, el gas natural se perfila como el claro vencedor cuando se analizan las opciones energéticas convencionales. Siga leyendo para averiguar por qué el gas natural es una de las fuentes de energía más recomendadas.

Es asequible

Comparado con otros combustibles fósiles, el gas natural es más económico. Según la empresa de gas Naturgy, la central eléctrica de gas más eficiente tiene unos costes de inversión de 1.100 dólares por kilovatio, mientras que la central de carbón más eficiente tiene unos gastos de 3.700 dólares.

Bueno para el medio ambiente

En pocas palabras, el gas natural se quema de forma más limpia. En realidad, el gas natural emite un 50% menos de dióxido de carbono por BTU (117 lb/BTU) que el carbón de antracita (casi 230 lb/BTU) y dos tercios menos que el petróleo (163 lb/BTU). Además, libera muy poco o ningún óxido de azufre, que se sabe que es perjudicial tanto para las plantas como para los seres humanos. En realidad, la cantidad de contaminantes liberados por las centrales de carbón es menor que la de las centrales de gas natural. Además, el gas natural no contamina la tierra ni el agua porque no se almacena en tanques como el petróleo.

Es fiable

Todos hemos sufrido cortes de electricidad durante tormentas u otras condiciones meteorológicas peligrosas, que pueden durar horas, días o incluso semanas. Con el gas natural, esto no ocurre. Independientemente de lo que ocurra en el exterior, el gas natural es una fuente de energía muy fiable que mantiene en funcionamiento aparatos como estufas y chimeneas de gas.

Es abundante

Se calcula que hay casi 7 billones de pies cúbicos de gas natural en las reservas de la Tierra. Sin los avances previstos en las fuentes renovables, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que las reservas recuperables de gas natural podrían persistir durante al menos dos siglos a los ritmos de consumo actuales.

Es fácil de transportar

Todo combustible debe transportarse desde su fuente hasta la casa, el lugar de trabajo u otro sitio donde se necesite energía; el transporte de gas natural es más sencillo y seguro en este sentido. Pesa menos que el carbón y el petróleo. Es fácil de transportar por gasoductos o, cuando está licuado, a bordo de buques y otras embarcaciones.

Importancia de la energía

La energía de un sistema es su capacidad de trabajo. Nuestro cuerpo necesita la energía de los alimentos para funcionar, los motores de los automóviles funcionan con gasolina o gasóleo y el sistema eléctrico busca energía en el carbón, el petróleo, el viento, el agua y el sol.

Tendemos a subestimar su importancia porque la utilizamos con mucha frecuencia en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, basta una interrupción del flujo eléctrico para que cunda el pánico porque se detiene la producción, las telecomunicaciones, el bombeo de agua potable, las calles se vuelven peligrosas por la oscuridad, los semáforos provocan el caos en las carreteras, algunos servicios sanitarios no pueden prestarse porque los equipos no tienen energía y la calidad de los medicamentos puede verse perjudicada por una refrigeración inadecuada.

Es crucial recordar que la energía es energía independientemente de su transformación. No puede destruirse, pero puede adoptar diversas formas, como energía mecánica, cinética y potencial.

La energía potencial está relacionada con la posición de un cuerpo en relación con su altura (energía potencial gravitatoria) o con sus características elásticas (energía potencial elástica). El embalse de una central hidroeléctrica, por ejemplo, es esencialmente energía potencial que sólo espera ser transformada en energía cinética. La energía potencial del embalse variará en función de su elevación.

El movimiento está correlacionado con la energía cinética. Tomando como ejemplo la central hidroeléctrica, cuando se abren las esclusas y el agua fluye, la energía potencial del embalse se transforma en energía cinética, que acciona las turbinas de la central y produce electricidad.

Tanto la energía cinética como la potencial de un sistema se incluyen en la definición de energía mecánica.

Por ejemplo, las centrales hidroeléctricas producen gran parte de la electricidad de América Central. Cuando se abren las esclusas y el agua fluye para hacer girar las turbinas, la energía potencial del embalse se convierte en energía cinética.

Esta energía cinética se transforma posteriormente en energía eléctrica mediante un alternador. La energía eléctrica de una estufa se convierte en energía calorífica cuando alguien cocina alimentos en una casa.

La energía no cambia durante este proceso, independientemente de cuántos cambios haya sufrido o de lo lentamente que hayan progresado. A esto se refiere la ley de conservación de la energía.

De hecho, la energía sufre una degradación, o sea, pierde calidad. Una parte del material se utiliza y otra se desecha, como en cualquier proceso. Lo mismo ocurre con la energía: parte de la energía disponible se convierte en energía utilizable, y el resto es energía de menor calidad, como el calor o el sonido, aunque esta energía de menor calidad sea necesaria para la existencia humana cotidiana.